martes, 10 de noviembre de 2015

Tanatorio.

Mi madre me ha pintado la uñas color salmón.
Me he puesto unas medias negras, tupidas; los pendientes caros que alguien me regaló por mi dieciocho cumpleaños; y dos pasadores sujetando la mitad izquierda del pelo.
En los pies, unos zapatos de charol negros, con flecos en la punta. Y un vestido recatado, de flores y manga corta.

Parecía una niña de doce años. Pero yo no era la muerta.

lunes, 2 de noviembre de 2015

El último aniversario a recordar.

He dado un portazo y he salido a pasear.
El perro tiraba de la correa, estaba nervioso.
Hemos llegado a un cajellón oscuro. La lluvia caía de los tejados, y en el suelo, un montón de charcos caóticos.

Mi perro mea siempre en el mismo sitio. Supongo que es parte de ser un animal terriorial, alguna especie de gen posesivo. Esa esquina es suya.

Yo no meo en ninguna calle. Pero sé lo que es mío.

A veces me da miedo convertirme en alguien posesivo, que se abandone a sí mismo y a quién solo le quedan un par de calcetines sin mojar.

Al llegar a casa una avispa se chamuscaba en la lámpara.

Últimamente nuestras vidas huelen siempre a quemado.

sábado, 31 de octubre de 2015

Uno de noviembre.

Los niños fantasma se agolpan en la calle. Y voy sin rumbo.
No tengo a dónde ir, tampoco le importa a nadie.
Un niño chino, un niño calavera, un niño calabaza. Me siento a contemplar la escena mientras pienso en ti, y no puedo dejar de abrir la boca porque estoy nerviosa.

Te juro que una pequeña muerte me persigue cuando me levanto.

Yo soy una vez más la persona insignificante que llora. Esto no es para ti., o eso dice un cartel en el banco.

Pierdo la noción del tiempo, de mi cara y de tus manos.

Vino malo, asfixia.

Me atuso el pelo y corro a la huída. Me visto desvistiéndome, y te arranco los pantalones -medio vivo medio muerto- mientras haces ruidos con la boca y te beso la frente.

Robo una bufanda del tercer cajón.

Hace frío.

domingo, 25 de octubre de 2015

Huele a gasolina, y a las 3 fueron las 2.

Hay días raros. Días en los que te despiertas sin más y,
te duermes pensando en nada.

Hay días que coges con fuerza el lápiz y
te rodeas de un círculo donde solo cabes tú.

Hay mañanas donde lo más sentido
sería sacar un kalasnikov en medio del autobús.
Y que los pájaros vuelen sobre nuestras cabezas.

Hay tardes de no querer encontrar las bragas,
todavía acurrucadas en un montón de sábanas,
calientes como el infierno que nos espera.

Hay noches de enterrarse, de vestir de negro, de
guardar veinte minutos de silencio
por los jóvenes que murieron y que casualmente,
se parecían a ti.


martes, 20 de octubre de 2015

6 A.M. Deberes.

Me he propuesto, a modo de mero ejercicio, escribir por escribir. Todos los días, por no perder la costumbre de hablar sola en voz baja.
Hoy el cielo estaba muy rosa, como supongo que son los días de verano en Islandia. Con esa luz misteriosa, que yo todavía no conozco, pero tú sí, y me enseñas. Últimamente intento sacarle el sentido romántico a todo, a modo de ejercicio también. Me he tomado muchos cafés, recuerdo el de esta tarde. Era especialmente amargo. Y con cada sorbo he notado todo el daño y la maldad de este mundo. Los escritores son gente extraña, y los desconocidos más felices son los que se sientan cerca de las ventanas.

Sonaba Havalina, que siempre es bueno porque me recuerda que somos imperfectos. Y está bien así.

domingo, 18 de octubre de 2015

Asincronía.

En este instante de sutil tristeza y frío en los pies, me abrazo al plumón y me acuerdo de las calles estrechas y oscuras que ya no dan miedo porque vamos de la mano.

Los pasillos llenos de cuadros son una pesadilla recurrente. Tú lo sabes. Pero nuestra ternura nos hace inmunes al resto.

Y si alguna vez, el precipicio se acerca a nosotros, nos miramos a los ojos y saltamos.

Son las mismas manos con las que te agarro, y te saco a bailar en pijama. Todavía en bragas.
Y tú me miras como si estuviese loca.

Pero es que estoy loca.

Pero es que antes estaba sola.

Y ahora tengo luces sobre la cama y constelaciones a mis pies.
Ahora puedo abusar de las metáforas porque todo lo que digo es realmente especial.

A veces somos la hostia.
Y otras, somos nosotros sin más.

sábado, 17 de octubre de 2015

Diario de realidad I.

el jersey rojo que me dejaste aquel día cuelga de la silla, inerte, oliendo a charcos y a colonia de hombre.
he ido a propósito a una casa vacía, a doblarlo cuidadosamente en el armario, a encender unas cuantas luces -nunca las del techo-, correr las cortinas y tumbarme en la cama.
y la cama huele a lavanda. y soy incapaz de abrir los ojos por si es cierto que cuando los abra, nadie me llamará marmota.
en la sartén no hay cus cús y en el escritorio, un paquete de tabaco.
hay cosas medio llenas y huecos medio vacíos y ninguna llave colgando de la puerta.

viernes, 16 de octubre de 2015

Gente tóxica.

se acaba de apagar la tele y sigo despierta. no recuerdo la última vez que me dormí sin tenerla encendida, de fondo, muy bajita, sonando como un rumor casi molesto.
supongo que da vergüenza admitir que eres mayor y te da miedo la oscuridad. y que nunca te levantas en mitad de la noche, y que si lo haces, das todas las luces del pasillo.
no tengo miedo a no ver la luz si duermo acompañada. pero entonces tengo otros miedos. como: ¿oirá lo que estoy pensando? ¿se marchará mañana antes de que abra los ojos? ¿se dará cuenta de que ahora mismo, no hay para mí, nada más importante que esto?
pero es que los instantes en la vida se cuentan por milésimas, y hay personas que los llevamos tan adentro que los volvemos negros, y los deshacemos en pupilas aún más negras.
ahora, podría volver a encenderla, pasear por los canales -bingos, tarots, series repetidas- y poner el temporizador durantes otros treinta minutos. cerraría los ojos muy fuerte y no podría parar de pensar en ti. escribiría metáforas, discurriría qué es lo que realmentente pasa y en algún momento entre las cuatro y las seis, perdería el conocimiento.
pero hoy la televisión se queda apagada. estoy de luto por mí misma. no se muere nadie, pero se mueren todos los días.

jueves, 15 de octubre de 2015

No quiero ponerle título, ni punto final.

yo era libre con mis cadenas.
sábados noche que se hacían de día, no aprenderme el nombre de nadie, ilusionarme con la frialdad impuesta de un corazón demasiado caliente.
y alguien golpeó la puerta, quiso desatarme para que me aferrase a algo antes de perderme del todo.
y consiguió un cuerpo enfermo, una sonrisa vacía, la incapacidad de la distancia y el miedo.
y se llevó el único premio que nadie quería.
y yo miré mis manos. Que lejos de aferrarse a la vida, se arañaban los muslos.
y las cadenas estaban por todas partes y destruían muros y calles y el amor y las relaciones y los números de teléfono y los proyectos y las ilusiones.
y todo el peso se hundió progresivamente.
y debajo de la almohada, un jersey rojo que huele a colonia de hombre.

martes, 21 de julio de 2015

Huir es de cobardes.

No queda nada de ti
y yo estoy muerta.
No queda nada de ti
y yo estoy muerta.

Me mezco, sujetando mis muslos
entre mis brazos.
Me canto una canción de cuna.
Me cierro los ojos.

No queda nada de ti
y yo siempre he estado muerta.

martes, 26 de mayo de 2015

Sopa de limones.

Ay.

¿Dónde?

En todas partes.

¿También en el ártico?

También.

¿Y qué es? Yo digo amarillo.

Más bien transparente.

¿Un vaso? Están en todas partes. Son transparentes.

Si es un vaso lo podemos controlar fácilmente.

Hay vasos muy escurridizos, sobretodo si están recién fregados. Los vasos mojados son casi incontrolables.

Yo quiero ser un vaso mojado. Y si se cae y se rompe, pues ya vendrá alguien a limpiarlo.

Serías el mejor vaso del mundo.

¿Y tú? ¿Medio lleno o medio vacío?

Yo prefiero ser un vaso de plástico. Práctico, y nadie tiene que preocuparse por fregarlo. Solo te lleva alegrías a la boca, y luego le dices adiós sin remordimientos.

No siempre lo son. A veces se rajan, y te manchas las manos.

Todo tiene riesgos. Pero un vaso de cristal puede cortarte. Uno de plástico solo te mancha. Siempre es divertido limpiarse las manos a lametones.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Soy la viuda.

Se acerca, y me mira,
sube
remolonea
gira.
Me tomo mis pastillas
y la veo yacer en el agua
flotando
en su propia piscina.
Se ha ahogado en un vaso,
eso pienso de mí misma.
Me levanto furiosa,
me enfado con el resto.
Inútiles insectos de aire,
abandonad mi recuerdo.
Otra se acerca, y me mira,
y la mato
a sangre fría.
Absurdas moscas de verano,
que volando
traen el recuerdo
de que yo tampoco sé irme.

lunes, 27 de abril de 2015

Copas sucias, mantel a rayas.

Esa mujer vuelve a agitar
las sábanas blancas en el balcón.
Mañana el mantel estará sucio
manchas circulares y quemazón.
He sublimado mi ser,
y ahora todos huyen apretados en el ascensor
mientras espero rompiendo platos
que vengas a terminar la función.
Por qué el sueño siempre acaba
con mi cáscara la envenenada
y tu copa de vino, el perdón.

viernes, 24 de abril de 2015

Es pronto para hablar de poesía.

No sé lo que significa querer.
No sé nada sobre el amor.
Pero te puedo asegurar,
con una mano arañándome el cuello,
con las rodillas arañadas
de tanto suplicar,
y gritar,
que lo más parecido a un te quiero
es esto que siento.
Y que aún así,
nada va a cambiar.

Te escribiré como Cortázar le escribió a Alejandra. Pero espero que nuestro final, sea por lo menos, un poco feliz. –Porque te lo mereces– y yo ya, no lo sé.

miércoles, 15 de abril de 2015

Deja de hacerte daño.

Duermo entre cenizas, cristales, ruinas.
Siento que la voz de mi amante
puede desaparecer en el aire
y el césped se tragará mi dolor.
He muerto como mueren las paranoicas
viviendo de la belleza de los espejos sucios.
La luna se ha convertido en mi sol
y cuando la noche despierta
pienso en que todos tenemos un destino ante dios.
Nunca será igual.
Nunca será igual.
Hablaré contigo mañana
cuando este sopor se pierda
cuando no me queden dolores de cabeza
mientras tú te ahogas en una nube de humo
y todo se desmorona.

martes, 14 de abril de 2015

I (Lo sabíamos)

Soñé que tú eras yo
y yo era tú. Pero
no nos conocíamos,
ni sabíamos cual era el timbre de nuestras voces.
Y aún así,
sabíamos que éramos nosotros,
porque lo teníamos que saber.
Y que sin saber que estábamos, estaríamos.
Como dos ángeles de la guarda que se velan en silencio y mutuamente,
pero siendo reflejos de algo que no existe.

domingo, 12 de abril de 2015

ADN.

El infierno lleva mi nombre
de mujer-peligro
de mujer poeta.

Sufro las inquietudes de una especie
que no es la mía
que sobrevive gracias a la caridad
de los extraños vagabundos
que pueblan mis calles;
las autopistas que rigen cada una de mis terminaciones.
No tenemos hogar
ni lo queremos.
El mar siempre llevará nuestro apellido
se lo crean o no los marineros.
No tenemos nada
ni lo queremos.
Esta tristeza es una creencia compartida
una tortura añadida
al complejo de ser extraños de ojos negros
cuando dios los hizo a todos ciegos.

lunes, 6 de abril de 2015

Esquelas y secuelas.

He muerto tantas veces
que el hecho de venir aquí
cruzar el túnel
ver la luz
avanzar a la luz
tocar la luz
es lo más parecido a la vida,
a la suerte de no llorar
por las esquinas,
a las flores frescas
al no abrir los ojos
y jugar al escondite con los desconocidos.
Compañero de nicho
tumba a tumba
sepulcro cerrado
no caen en el aburrimiento de mi cíclica existencia
de viajes al otro mundo
y vuelta al de los atareados
intransigentes
peleados
tristes
huídos
putrefactos.
He pedido ida y vuelta
porque me gusta el olor a gasolina,
pero de tantas veces que he recorrido este camino,
no sé si yo soy el vivo
o si los que me lloran también se han perdido
y ya no tienen pulso en la nuca.

domingo, 1 de marzo de 2015

Como si no fuera al revés.

Vendo hielo al mejor postor
en la tierra de la nieve,
un frío blanco,
y dientes.
Vendo dientes amarillos
de un ex fumador,
a veces sonrien,
y mienten.
Vendo mentiras sobre el amor
metidas dentro un sobre,
nunca llegan al destino,
y van sin nombre.
Vendo nombres a quién los perdió
o se les olvidó
porque nadie llamase,
y duele.
Vendo mi número al mejor postor
y que se quede
el frío
las sonrisas
las mentiras;
y con mi nombre.

domingo, 15 de febrero de 2015

Ya no.

Solo tú y yo.
Ábreme.
¿Comprendes?

Se hará de día,
ya es de noche
en los ecos nuestras voces.
Se hará de día,
ya es de noche
en el jardín mis flores.

No dejes que nadie haga vasos de los cristales.
Vístete de verja,
de seda.
Pecado prohibido.
Privado, sólo mío.

La luz de los semáforos te favorece.
Quiero ser el verdugo,
y aplastarte.
Rodearte entre los brazos del veneno,
desmayarte sobre mi pecho,
que olvides.

Solo tú y yo.
¿Comprendes?

Será de día,
pero es de noche.

sábado, 31 de enero de 2015

Espacio.

S i l e n c i o
En la danza del viento
y pendo de la rama,
la rama que aboca al vacío,
la tela que rasga.
Y en el grito desesperado
de una canción que no acaba
dormirá el frío entre nosotros
tal vez en el día escampa.

R u i d o
En la furia de las letras
en el abismo que impera,
en el tacto sinuoso,
el movimiento de una culebra.
Y son las vívoras que me llaman
me piden que me una a ellas
dormirán nuestros cuerpos separados
tal vez despertaremos en guerra.

No hay mayor superlativo
que el viaje en carretera,
imita y nos juega.
Me arrancaré el vestido
suplicando que vuelvas.

P e r o
Es tarde y hay vacío.
Y hay vacío porque fue ruido.
En el ruido del silencio,
es ahí donde te pierdo.