jueves, 24 de julio de 2014

Sin título.

Tengo nostalgia de un sentimiento al que no le pongo nombre.
Y he rebuscado en la sopa
-todavía sigue fría-
esperando encontrar tu nombre,
tal vez el mío,
y vernos otra vez juntos
aunque solo así sea.


(Te lo dedico a ti,
que sé que siempre lo sientes)

lunes, 7 de julio de 2014

Disección.

Una dentro de otra. Progresivamente, de la mayor a la pequeña. Unidas por lazos de sangre de madera.
No hay nada más parecido a la vida que una matrioska. Reivindicación de las uniones, futuro, presente y pasado de la mano.

Pero al abrir la pequeña matrioska, a golpes contra la mesa, forzando su aislamiento. Al romper su caparazón, y esperando encontrar uno más pequeño. Jugando insensiblemente con sus secretos más secretos. Me encuentro un diminuto charco de sagre.
Y le cuelgan las vísceras. Unos pulmones amoratados, y en una esquinita, tintineante, su corazón plomado.

Pensaba que no había nada más vivo que una matrioska, hasta que maté una muy diminuta, tal vez la única que prefirió vivir sola.