martes, 30 de octubre de 2012

Microrrelato.

Y arrancó cada centímetro de aquel papel, que como una segunda piel yacía bajo sus frías manos.
Una única lágrima brotó de sus ojos y se dió cuenta del daño que le había hecho tratar de ser diferente cuando todos nacemos con un código tatuado en la frente.

lunes, 1 de octubre de 2012

Carta a la sociedad.

Querida sociedad,
¿En qué nos has convertido? No somos más que juguetes rotos de un macabro juego en el que tú, y sólo tú tienes el control. ¿Por qué te seguimos la corriente? ¿Por qué actuamos como si nada? Pretendemos ser diferentes, es más, afirmamos ser distintos a los demás, ser únicos. Pero en el fondo, somos clones, con nuestro número de serie grabado en la frente.
Tú dictas lo que está bien y lo que está mal, cómo tenemos que ser, cómo tenemos que pensar. Tememos enfrentarnos a ti, porque tendremos las de perder. Sin embargo, cada hora, cada minuto y cada segundo que pasa, tus detractores se hacen más fuertes, y lo serán. Llegará el día en que por fin madurarás, y te darás cuenta de lo estúpida y superficial que has sido.
¿Cómo quieres que seamos? ¿Qué esperas que anhelemos ser? Porque si eres rubia, eres tonta. Si eres morena eres sosa. Si te tiñes el pelo, vas de moderna. Si no lo haces no estás a la moda. Si escuchas música indie eres una hipster. Si escuchas pop una inmadura. Si te gusta un grupo en concreto eres una obsesa. Si no te gusta ninguno pecas de pasotismo. Si sacas buenas notas eres una empollona. Si no estudias, eres una choni. Si fumas eres de lo peor. Si no fumas, no eres lo suficientemente "mayor". Si te gustan los videojuegos eres un friki. Si lloras, sólo quieres llamar la atención. Si ocultas tus sentimientos estás muerta por dentro. Si vistes bien eres una pija. Si vistes mal una estrafalaria. Si te gusta el negro una gótica. Si... Si... Si... Podría estar eternamente nombrándote todo lo que pides que seamos y no. Pero ¿sabes qué? Te equivocas. Te contradices. Nadie merece ser despreciado por tus cánones, por aquello que tu consideras mejor.
Así que sólo te diré una cosa más: Sólo aquellos que consiguen escapar de ti son capaces de soñar, y tú desde luego no vas a cortar mis alas ni a impedirme volar.