Últimamente me ronda la misma idea sobre las trascendencia. Por qué las personas anodinas tenemos que vivir.
A veces, y durante un rato, saltaría por la ventana. Solo para ver mi materia esparcida por el suelo. ¿No crees? Absurdo. Eso sería absurdo.
Solucionar una vida triste con un acto aún más. Pero ya no sé qué me queda.
Las calles son un cajón de sastre, y cuando los hilos se me enredan, me caigo al suelo, con la buena suerte de partirme los dientes y así no sonreir más.
Ridículo. ¿No crees?
Totalmente ridículo. Y aún encima te ríes. Pero qué vas a hacer si no. Al resto de seres insignificantes, les aburre la tristeza.
Entonces, si a mí no me aburre, ¿es por qué soy significante? No, no lo creo.
El día que den premios a las lágrimas más oscuras, ese día, no se me ocurrirá ni por asomo, ver mi cara contra el asfalto.
martes, 18 de noviembre de 2014
Y si no, también.
jueves, 6 de noviembre de 2014
La luz al principio del tú.
La linterna, como un faro,
alumbró la noche,
y la luna,
fue nuestra luna,
la más brillante.
Y surgió una declaración de guerra:
nunca más tembló el pulso
desde la vista del Vesubio,
donde alguien contempló nuestra tragedia.
Y como brillantina
no me mirarán las estrellas.
Se reirán de tu sonrisa,
y pagaremos mis cuentas,
fusilarse las pestañas
y pedir por ti en un poema:
de verdad,
lo prometo,
nadie se creerá nuestro secreto.
(Para todos los gatos que acampan
en los tejados esperando su porvenir.)
lunes, 27 de octubre de 2014
Relatividad muy relativa.
Ayer sentí un temblor. Algo parecido a un terremoto. Pero más pequeño. Y más grande. El aire viciado se colaba por una rendija de la ventana, envolviendo mi cuerpo en un extraño sopor. Hacía un calor asfixiante, el sudor me recorría la columna, y arrastrándome por el sofá, acabé en el suelo.
D. me buscaba con la mirada.
No podía hablar. Hacía tiempo que su voz había perdido todo el color, la forma, y rara vez inundaba mi espacio. Puso los ojos en blanco a la vez que bostezaba.
Dando tumbos por el suelo, le hice señas. La habitación se contoneaba y yo no podía hacer nada.
D., abre la puta ventana.
Una fina capa de polvo se posó sobre nuestros cuerpos. Me rendí a la soledad del silencio. Ya no esperaba ningún cambio. Nos estábamos muriendo.
D., no quiero morir.
Pero D. lloraba sobre la mesa. Sus ojos decían que lloraba, porque no emitía ningún sonido.
Fue entonces cuando la habitación dejó de danzar para trasladar el sinuoso movimiento a mi cuerpo. Noté un pinchazo que me erizó de la cabeza a los pies. Y comencé a retorcerme.
En ese momento ví el aire, transparente, amargo. Probé el sudor del dolor, y grité.
D. me miró como si no me conociese.
Gesticulé como pude, pidiendo ayuda, esperando que me levantara. Pero D. no quería verme. No quería verse.
Intenté emitir un aullido, pero tenía la lengua espesa, la garganta me sangraba.
D. rompió todos los espejos que encontró. Hizo dos montones y hundió sus puños, reflejando la grotesca escena en su piel.
Me dijo: que le jodan a la suerte.
Y yo me desmayé.
En un sueño ví el rostro de A., B. y C.
Cuando desperté hoy, sentí el impulso de preparar seis tazas de café.
domingo, 19 de octubre de 2014
Ojalá.
-¿Sí?- inquirí
viernes, 10 de octubre de 2014
Lo que era posible.
Es sólo a ratos, y es sólo a veces.
Pero es ese rato el que hace esa vez.
Y esa vez lo que hace hoy.
Aunque hoy sea como hoy,
no lo cambio por nada.
jueves, 25 de septiembre de 2014
Anhedonia.
Dame las tijeras.
Puedo llorar
y clavármelas en la garganta,
pero prefiero cortar
las flores de tu espalda.
Cuánta falsedad
de sentimientos condensados,
todo sabe a adiós,
no puedes evitarlo.
Deja que me vaya.
Puedo correr
y saltar por un puente,
pero prefiero olvidar
tu voz replicándome.
Cuánto sopor
en mis labios cortados,
la sangre lleva el color,
tristes son tus brazos.
Inmortalizarán las cámaras,
que crucé rápido la meta,
no habrá fotos,
ni se oirá en la radio,
pero yo y tú,
recordarán nuestros pasos.
La vida se rinde,
quiero pensar que
he ganado.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
El día que.
Una vez iba en coche.
No me acuerdo muy bien.
Pero el viento movió mi pelo.
Oímos las olas muy lejos,
pero el sol nos cubría la espalda.
Y el viejo árbol muerto
me hizo la reverencia.
Y sonaba una canción
decía; Si fuera joven
me iría de la ciudad.
Pero suena lejos,
suena triste.
Iba en coche,
no lo recuerdo muy bien.
En el retrovisor roto
veo la imagen de mi sueño,
aparece la señal,
te pide parar.
Estamos volando muy alto,
aquí no funcionan sus reglas;
Aquí.
Aquí, oímos el mar.
viernes, 22 de agosto de 2014
Primavera con David Carnicer
Por algún que otro delirio mío, inauguro nueva sección en el blog de la mano de mi amigo David, y quiero compartir nuestra sesión de fotos primaverales en el Parque José Antonio Labordeta de Zaragoza. Fue mi primera sesión como tal, y la verdad es que da gusto fotear con este chico, porque siempre tiene algo muy chulo que enseñar.
sábado, 16 de agosto de 2014
{Vírgen.}
jueves, 24 de julio de 2014
Sin título.
Tengo nostalgia de un sentimiento al que no le pongo nombre.
Y he rebuscado en la sopa
-todavía sigue fría-
esperando encontrar tu nombre,
tal vez el mío,
y vernos otra vez juntos
aunque solo así sea.
(Te lo dedico a ti,
que sé que siempre lo sientes)
lunes, 7 de julio de 2014
Disección.
Una dentro de otra. Progresivamente, de la mayor a la pequeña. Unidas por lazos de sangre de madera.
No hay nada más parecido a la vida que una matrioska. Reivindicación de las uniones, futuro, presente y pasado de la mano.
Pero al abrir la pequeña matrioska, a golpes contra la mesa, forzando su aislamiento. Al romper su caparazón, y esperando encontrar uno más pequeño. Jugando insensiblemente con sus secretos más secretos. Me encuentro un diminuto charco de sagre.
Y le cuelgan las vísceras. Unos pulmones amoratados, y en una esquinita, tintineante, su corazón plomado.
Pensaba que no había nada más vivo que una matrioska, hasta que maté una muy diminuta, tal vez la única que prefirió vivir sola.
jueves, 12 de junio de 2014
Los finales.
Quiero cada domingo
una rosa blanca;
Un perfume suave
que inunde mi almohada;
Una delicada caricia
bajando por mi espalda;
Un pintalabios rojo
que atraiga miradas
y que me entierren
mirando a la mar brava.
No le pido más a la vida
que lo que puedan darme tus brazos.
Pero por dios, cuando llegue el invierno
tienes que saber
que todo habrá terminado.
sábado, 7 de junio de 2014
Nocturnidad y alevosía.
Has estado tantas veces
en esta cama
y ya no huele a nada,
solo suavizante barato
y mis lágrimas desbocadas.
Meter los dedos
en el enchufe
sera el único impulso eléctrico
que sienta mi cuerpo
esta noche.
No quieras juzgar
aquello que no entiendes;
estoy a solo nueve números
de distancia de la llamada,
la que me vuele la cabeza,
y te despida con una bala.
viernes, 30 de mayo de 2014
Ya no callejean.
Tristeza acumulada
es el nombre del olvido.
De como te perdí entre una multitud
exaltada que me buscaba.
Y saliste corriendo, no te alcancé.
Me rompí en trozos humeantes,
sangre y vísceras acartonadas
los pulmones de diadema,
y supliqué
(No te vayas)
Tristeza acumulada
es el nombre de las desgracias
que no puedo nombrar.
De como el viento borró mi vida
tal y como solía quedarme dormida.
Corrí todo lo que pude, no te alcancé.
Se desvaneció el sueño
me ahogué con la almohada
desearía poder pagar
con mi penitencia
el precio de tu llegada
viernes, 16 de mayo de 2014
Cometas.
aunque el corazón late despacio
quedan noches por delante.
para mí su melodía.
Y volarán los globos
como si tuvieran vida.
se tatuará la rama
que nunca estuvo podrida.
martes, 6 de mayo de 2014
Y yo, y yo.
Cuando jugó a querer nunca pensó en que fregando los platos, rompería aquel vaso.
Ni que se cortaría con los cristales.
Tampoco reparó en que los armarios son muy pequeños,
y que le gustaba el baño limpio,
la pasta de dientes bien cerrada,
y la tapa bajada.
Cuando se le ocurrió madurar,
olvidó que los despertadores no dejaban de sonar por mucho que los golpeara. También que los abrazos nunca estaban de más.
Cuando él la miraba, nada se paraba. Ni había fantasías, ni mariposas volando. Si la besaba, cerraba los ojos y no veía firmamentos por su espalda, ni cohetes directos a la Luna en un vuelo sin escala.
Cuando él le dijo 'te quiero' ella enmudeció. Se limitó a hundir la cabeza en su pecho. Y así fue como mundo se resumió en un 'yo también.'
domingo, 27 de abril de 2014
Línea 42.
La soledad le había dado el poder para detectar las cosas rotas. Por eso decidió desprenderse de él. Y por mucho que el barco fuera a hundirse sin capitán, el ancla estaba levantada.
Ni siquiera se preguntó por qué había tomado ese autobús huyendo de sus demonios mientras la lluvia le revolvía el estómago.
Nadie la miró cuando abrió el bolso y rebuscó en él la paz anhelada por los descorazonados. Y cuando la última pastilla descendió por su garganta, lo único que pudo leer fue emergencia de salida.
viernes, 18 de abril de 2014
Paradójicamente hablando.
Si te vas, qué me queda.
jueves, 20 de marzo de 2014
Éxtasis o como pisar pétalos de cerezo.
Voy caminando. Despacio. Silenciosa.
Ya nada es lo que era, pero no me importa.
No viviré en las ciudades que había imaginado,
creo que las enterraron,
junto a fosas comunes de sueños despedazados.
La gente no me mira. Las aceras están vacías.
Alzo una bandera blanca, como si sirviera de tregua.
Pero entre tú y yo, no hay guerra ni paz
ni gloria, ni sangre derramada.
No somos soldados en el campo de batalla,
ni tiros por la espalda.
Solo sé que no se nada.
Y qué si me apetece odiarme.
Voy a mirarme en el espejo hasta vomitar flores
y tragarme las espinas.
No intentes detenerlo,
la calle sigue vacía.
domingo, 9 de marzo de 2014
Ni Romeo ni Julieta.
Se dicen que se aman, como la promesa del que pierde, de que esa velada romperá el alba con cien mil honras fúnebres.
jueves, 2 de enero de 2014
Acuérdate de mí.
Igual es que no servimos para esto.-le espeté mientras le sacaba a rastras de mi vida. Y así fue como dejé escapar todos mis trenes, ya no queda ninguno para mí.
Me marchité silenciosamente como una rosa negra, cubriéndome de espinas, desgarrando a mi paso.
Todavía el sonido de la lluvia al caer me trae una imagen vívida de tu rostro, inútil. ¿Acaso tú te acuerdas de mí?
Si los trenes salen, las estaciones cierran, el tiempo avanza, la niebla espesa y el frío llega... Si la vida sigue y desgasta y continua y mata, ¿por qué no puedes acordarte ni un poco de mí?