domingo, 29 de septiembre de 2013

Soledad en Mi Menor.


Los domingos siempre fueron un día malo. 
Cuando la pequeña niña corría ondeando su melena rubia. Con un lazo más grande que su sonrisa, se acercaba y le gritaba a las hormigas.
Cuando el cielo estaba nublado y olía a chicle.
Cuando todavía me mirabas y la Luna brillaba más que el Sol.
Cuando respirar era fácil y no me faltabas .