domingo, 25 de octubre de 2015

Huele a gasolina, y a las 3 fueron las 2.

Hay días raros. Días en los que te despiertas sin más y,
te duermes pensando en nada.

Hay días que coges con fuerza el lápiz y
te rodeas de un círculo donde solo cabes tú.

Hay mañanas donde lo más sentido
sería sacar un kalasnikov en medio del autobús.
Y que los pájaros vuelen sobre nuestras cabezas.

Hay tardes de no querer encontrar las bragas,
todavía acurrucadas en un montón de sábanas,
calientes como el infierno que nos espera.

Hay noches de enterrarse, de vestir de negro, de
guardar veinte minutos de silencio
por los jóvenes que murieron y que casualmente,
se parecían a ti.


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