domingo, 18 de octubre de 2015

Asincronía.

En este instante de sutil tristeza y frío en los pies, me abrazo al plumón y me acuerdo de las calles estrechas y oscuras que ya no dan miedo porque vamos de la mano.

Los pasillos llenos de cuadros son una pesadilla recurrente. Tú lo sabes. Pero nuestra ternura nos hace inmunes al resto.

Y si alguna vez, el precipicio se acerca a nosotros, nos miramos a los ojos y saltamos.

Son las mismas manos con las que te agarro, y te saco a bailar en pijama. Todavía en bragas.
Y tú me miras como si estuviese loca.

Pero es que estoy loca.

Pero es que antes estaba sola.

Y ahora tengo luces sobre la cama y constelaciones a mis pies.
Ahora puedo abusar de las metáforas porque todo lo que digo es realmente especial.

A veces somos la hostia.
Y otras, somos nosotros sin más.

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