jueves, 6 de noviembre de 2014

La luz al principio del tú.

La linterna, como un faro,
alumbró la noche,
y la luna,
fue nuestra luna,
la más brillante.
Y surgió una declaración de guerra:
nunca más tembló el pulso
desde la vista del Vesubio,
donde alguien contempló nuestra tragedia.
Y como brillantina
no me mirarán las estrellas.
Se reirán de tu sonrisa,
y pagaremos mis cuentas,
fusilarse las pestañas
y pedir por ti en un poema:
de verdad,
lo prometo,
nadie se creerá nuestro secreto.

(Para todos los gatos que acampan 
en los tejados esperando su porvenir.)

1 comentario:

  1. KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH *ehem* me encanta. Lo has vuelto a hacer.

    ResponderEliminar