Cuando jugó a querer nunca pensó en que fregando los platos, rompería aquel vaso.
Ni que se cortaría con los cristales.
Tampoco reparó en que los armarios son muy pequeños,
y que le gustaba el baño limpio,
la pasta de dientes bien cerrada,
y la tapa bajada.
Cuando se le ocurrió madurar,
olvidó que los despertadores no dejaban de sonar por mucho que los golpeara. También que los abrazos nunca estaban de más.
Cuando él la miraba, nada se paraba. Ni había fantasías, ni mariposas volando. Si la besaba, cerraba los ojos y no veía firmamentos por su espalda, ni cohetes directos a la Luna en un vuelo sin escala.
Cuando él le dijo 'te quiero' ella enmudeció. Se limitó a hundir la cabeza en su pecho. Y así fue como mundo se resumió en un 'yo también.'
¿No eres demasiado joven como para transmitir de forma tan brutalmente perfecta este tipo de cosas? (habló el menda como si fuese un experto o un vejestorio, vaya; por no hablar de que no sé tu edad, sólo es una impresión).
ResponderEliminarPerdona si te molesta mi sorprendido comentario. En resumen: genial. Asombroso.
¿Cómo me va a molestar? Me encanta que te pasees por aquí y des tu opinión.
EliminarLa verdad es que no lo sé. Simplemente ocurre. Aparece la idea y lo escribo. A veces me pregunto si seré tal y como el 'Extraño caso de Benjamin Buton' xd
De cualquier forma, no, no soy mayor. Para nada xd Este año hago los 18. Lo bonito del asunto es que empecé el blog con 15-16 (las primeras historias son de mis trabajos de 4°ESO), y esta es la evolución a todo este proceso.
Gracias como siempre por pasarte por aquí. Saludos.