Si te vas, qué me queda.
Vamos, dímelo.
Si te vas qué me queda.
Y no hablo de la soledad, ni del vacío.
No hablo de inviernos sin mantas o de espejos rotos.
Quiero saber que hay esperanza
y que no la he perdido
aunque me sienta pequeña, diminuta
enana blanca hecha de lágrimas.
Dime que no me he perdido en el laberinto de Alicia
ni que el tiempo corre y corría (y correrá en mi contra)
aunque acabe perdidamente loca
y me hunda en mis ojeras.
Pregúntame si estoy bien, si he comido
si parece que lloverá el domingo
si la película fue mala
y el café estaba frío.
Sé porque sé
y porque vivo
y respiro
que yéndote
me quedará marcada
a fuego
en mi cuello,
la señal del olvido.
Ufff, hacía mucho que no bloggeaba, y realmente tardaré en volver (hasta que acabe el Máster), pero hoy me he dado una vuelta.
ResponderEliminarMe quedo con la mitad del poema para abajo, a partir de " Pregúntame si estoy bien, si he comido". Precioso
Ohhhh hacía mucho que no te veía por aquí. Espero que vaya todo bien y ánimo con el máster. Saludos.
Eliminar